El fin de
semana antes de partir a las Islas Salomón pasamos tranquilos en casa y en
familia disfrutando de nuestro nuevo vecindario. A los chicos les compramos una
bici nueva. Pensamos que iban a estar más entusiasmados con el tema de las
bicis después de andar tanto en la Villa durante el verano. Ahora también tenemos
algo semejante a asfalto en frente de casa y una calle muy poco transitada por
lo que hubiera sido ideal. Hay un solo problema, y ese es que hay una subida y
bajada pronunciada y eso a los chicos no les gusta. Así que ahora hay que andar
arriándolos para que anden en su bici… Pero bueno, bajo insistencia andan y terminan entusiasmándose.
Después de dar una vuelta en bici hacemos nuestra caminata de sábado de tarde
(la bush walk) por el vecindario. Tenemos una vista espectacular de las lagunas
de agua salada justo en frente de casa. Es un placer sentarse en el pasto y
observar la ciudad, la laguna y el mar abierto a la distancia. Cuando vienen
los cruceros se los puede ver pasar enfrente, por el mar abierto camino a la bahía
que está a la derecha, al otro lado de esas montañas, donde también se
encuentra el “centro” de Port Vila.
Este es
nuestro barrio, que se llama Bellevue (Vista bonita o bella) en Francés. Y de
verdad lo es. La mayoría de la gente que vive en este barrio son Franceses que
han vivido en Vanuatu durante muchos años. Muchos tienen negocio en la ciudad y
estas son casas propias (no alquiladas como en nuestro caso) por ende consideran
este su hogar y tratan de cuidar los alrededores. Aparte de la calle que tiene
algunos pozos (nada inusual en el Pacifico) el resto del lugar este muy bien
cuidado. El pasto corto inclusive en los baldíos y mucho silencio por las
noches, lo que es un gran cambio al quilombo descomunal que teníamos en
Honiara, especialmente en la última casa que habitamos.
Nosotros no
tenemos tanta plata como nuestros vecinos, pero tratamos de mantener el pasto
en condiciones “aceptables” dentro de nuestras posibilidades y estamos muy
contentos con la casa y el barrio en el que nos tocó vivir. Al final de la
calle, arriba en la loma esta la embajada de España. No tenemos ni la más pálida
idea de quién es el represéntate español aquí en Vanuatu ni porque los españoles
tienen a un representante aquí en este lugar tan chiquito y alejado con la
crisis que hay en España. Sin embargo, allí al final del camino hay una bruta
casa con una vista esplendida de la laguna que flamea una bandera española y
tiene el escudo de España en el muro. Para ahí va la Emy en bicicleta.
Una linda
puesta de sol vista desde el balcón de casa
Los
domingos después de un desayuno que generalmente involucra el consumo de
panqueques, waffles o alguna cosa equivalentemente engordativa hacemos algunas
actividades en casa. En general yo aprovecho para aspirar la piscina mientras
observo esta vista espectacular que tengo desde casa. Creo que nunca me voy a
cansar de ver este lugar con sus colores tan cambiantes de acuerdo al clima.
Después de
un rico asadito aprovechamos a usar la piscina, jugar al futbol y disfrutar del
día.
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