Salimos
de las Islas Salomón y luego de 3 horas de viaje terminamos la primera etapa de
nuestro cruce mundial. Aterrizamos pasada la media tarde en Brisbane (Australia)
donde tuvimos una espera de 6 horas para tomar el vuelo de Emiratos con destino
a Dubái que se encuentra a 12,300 kilómetros de Brisbane. Durante la espera
aprovechamos a recorrer el aeropuerto y estirar las piernas. Entre las muchas
cosas para ver encontramos unas esculturas de arena muy lindas. También estaba
ya todo decorado para la navidad.
Finalmente
luego de pasar una noche incomoda en el avión llegamos a Dubai. La línea aérea de
Emiratos es muy buena, la recomendamos, pero 14 horas y media en un avión es un
trecho largo (y nosotros ya veníamos con 10 horas de viaje antes de tomarnos
ese avión) Los chicos son una maravilla viajando, no me paran de sorprender lo
bien que se portan en estos vuelos interminables. Gracias a los video-juegos y
los dibujos animados todos pasamos un buen viaje. Cuando se cansan se hacen un
bollito y duermen. Unos capos estos pibes.
Como
salimos tarde de Australia llegamos bien sobre la hora para la conexión del vuelo a Buenos Aires. Estuvimos 45 minutos en
el aeropuerto de los cuales corrimos 40 para ir de una terminal a la otra y
llegar hasta el avión que nos estaba esperando solo a nosotros. Antes de darnos
cuenta estábamos de nuevo en el aire. De Dubai son 14 horas a Rio.
Para la
hora que llegamos a Rio (viernes a media tarde horario local) los chicos ya no sabían
en donde estaban ni qué hora del día era. En una de las comidas que nos
trajeron el Mathy me pregunto “Papa, que es esto?”- Yo le dije que era comida. “Si,”
me dijo en Mathy “Pero que es? Es dinner, es breakfast o que es? Lunch?”-
Pobre, estaban agotados.
En Rio
no hicieron bajar del avión y al final también el vuelo se atraso. En teoría teníamos
unas dos horas de espera que al final se fueron a 4. En el aeropuerto no tenían
aire acondicionado y hacia como 35 grados y muchísima humedad.
Finalmente
el viernes a las 21:30 estábamos aterrizando en Ezeiza, después de 50 horas de
viaje y más de 28,000 kilómetros recorridos. Los abus Sicalo nos estaban
esperando con el Gabito, tía Cynthia y tío Pablo. Una vez que cargamos todo el
equipaje en los dos autos nos dirigimos al hotel donde íbamos a parar en frente
del abasto. Lamentablemente justo antes de llegar nos encontramos con un
piquete que nos retrasó un buen rato y llegamos al hotel pasadas las 00:30. Una
bienvenida bien Argentina con piquete y todo!
Al dia siguiente
después de un buen desayuno a base de dulce de leche nos dirigimos a pasar el día
en el Tigre. Los chicos aprovecharon a estirar las piernas, correr y jugar en
el parque. Era un dia soleado muy lindo, casi primaveral mas que de verano con
una brisa fresca. Día perfecto de sol para tratar de ponerse en horario
argentino que es 14 horas menos que en las Islas Salomón, pasear y estar en
familia.
Comimos
unas empanadas y unos bifes de primera en un restaurante y coronamos con helado
de postre.
El propósito
de quedarse unos días en Buenos Aires eran principalmente dos: 1) Hacer los
pasaportes nuevos de toda la familia. Eso lo hicimos el lunes de mañana. Un trámite
que resulto mucho más rápido y más sencillo de lo que esperábamos. 2) Yo me
hice una cirugía de corrección refractaria de los ojos por laser. Me vio el oftalmólogo
el lunes a la tarde y me opere el martes al mediodía.
Entre
medio de los días de paseo y tramites los chicos se entretuvieron haciendo manualidades
y dibujos para los abuelos y esperando pacientemente el viaje a la Villa para
ver a los abuelos Schneider, los primos y tios.
Teniendo
el shopping Abasto en frente del hotel nos dio la oportunidad de visitarlo
varias veces. Los chicos se sacaron su foto con Papa Noel y visitaron la ciudad
de los niños que por lo que me dijeron estuvo muy buena y educativa.
ese papa noel tambien se debe haber muerto de calor... jajajaj que cosa rara los papa noel en verano vestidos de invierno. jajajaj
ReplyDelete(noe)