February 12, 2013

Mudanza


Finalmente llegó la hora de empacar nuestras pertenencias y dejar estas Islas a lo que hasta ahora es destino incierto. Desde ayer nos mudamos al hotel ya que nuestras cosas van a ser empaquetadas y por ahora (hasta que sepamos que será de nuestras vidas) estarán en un depósito de la compañía que hace las mudanzas.
Desde hace unas semanas que Gissy sorteo todas nuestras cosas para que el día que la gente que empaquetaba empezara con su trabajo todo este bien organizado y se haga rápido. Las cosas de la cocina estaban todas en la parte de abajo de la casa, todas los adornos de madera estaba en otro sector de la casa, la ropa empaquetada en bolsas de plástico y listas para meter en las cajas etc.
A eso de las 9 de la mañana llego un grupo de unos 5 hombres que luego de descargar varias cajas desarmadas, cinta adhesiva y cartón se pusieron a empaquetar nuestras pertenencias. Lento (muy lento) y metódicamente estuvieron trabajando todo el día. Lamentablemente no lograron terminar ese día y al día siguiente volvieron por la segunda vuelta.



Entre tanto aprovechamos a tirar un montón de cosas que se habían acumulado en este último tiempo. Como no hay recolección de basura, y teníamos basta papel decidimos quemar todo atrás de la casa como hacen todo. El fuego resulto ser un poco más grande de los que esperábamos dejando todas los bananos y enredadera bien chamuscada. Hizo bastante humo pero acá están todos acostumbrados y ninguno de los vecinos se quejo!


Despacio fuimos llenando el camión con caja detrás de caja hasta que se llenó y partió con nuestras pertenencias hacia el depósito. 




Así, dejamos la casa, que fue nuestro "hogar transitorio" durante estos últimos 3 meses,  pelada como la encontramos cuando nos mudamos y sin demasiado pesar. La casa que realmente extrañábamos es la primera que tuvimos aquí en este país y que fue nuestro hogar durante casi 3 años, pero que lamentablemente tienen el recuerdo de una sola noche que nos afectó a todos profundamente, aparte de eso los recuerdos de la casa “de la montaña” como la llamábamos fueron felices, como casi todo los 3 años que pasamos en las Islas Salomón.


No comments:

Post a Comment