Antes de
llegar a Vanuatu hicimos un parada de un par de días en Brisbane. Así que luego
de un vuelo de 15 horas, y quebrando el amanecer del 9 de febrero, llegamos a
esta ciudad Australiana que ya es medio como llegar a casa.
La clave
con estos vuelos largo es tratar de mantenerse despiertos durante el día y
salir al sol, así uno se acostumbra al horario rápidamente. La única dificultad
es que al llegar bien temprano a la mañana (siendo que para nosotros en Dubái
eran las 10 de la noche) se nos hizo bien difícil aguantar todo el día, especialmente
para los chicos que no daban más. Para ayudarlos a pasar el tiempo y
mantenerlos despiertos (y a nosotros también) nos fuimos a South Bank, un parque
en el centro de Brisbane que nos gusta mucho. Allí pudieron jugar y aguantar el
día. Apenas se puso el sol estábamos todos en la cama.
Llegamos
a Port Vila a medianoche del domingo para el lunes. Después de pasar por migraciones
y juntar nuestras valijas nos dirigimos hacia afuera donde nos estaba esperando
el encargado de logística. Fue fácil la transición
para mí porque ya conozco el lugar así que no fue nada nuevo. Sin embargo para
Gissy y los chicos era todo nuevo. No hay muchas luces en la ciudad así que no
se vio mucho a esa hora de la noche (quizás mejor!) Estaba lloviznando y hacía
mucho calor. Después de unos 20 minutos llegamos al hotel donde nos íbamos a
hospedar hasta encontrar nuestra casa, el hotel Kaiviti. Yo no esperaba
demasiado pero para nuestras necesidades el hospedaje estaba más que adecuado.
Dos habitaciones y un baño arriba, abajo una cocina comedor con balconcito.
Chico, pero todo muy funcional. Lo único que nos interesaba en ese momento era
la cama. Al dia siguiente me fui a trabajar y después salimos a dar una vuelta.
Le mostré a Gissy donde estaban los supermercados y demás. Por suerte aquí todo
está cerca y nosotros estábamos ubicados cerca del centro. World Vision me
presto un vehículo hasta que compramos el nuestro y con eso pudimos empezar a
salir. A días de haber llegado ya concretamos la casa donde decidimos vivir y
buscamos auto (que costo un poco porque hay pocos disponibles y son carísimos)
Teníamos
una hermosa vista de la bahía desde nuestra pieza. Como Port Vila es bastante turística
hay varios cruceros por semana que entran en esta pequeña población y el lugar
se ahoga de turistas.
Durante
el primer fin de semana que estuvimos aquí aprovechamos a dar una buena vuelta
por la ciudad. Les mostré a la familia lo que conozco de esta ciudad y el resto
lo descubrimos juntos. Así pasamos por el centro, algunos de los parquecitos en
la bahía y después una caminata por la zona céntrica y el mercado. Más tarde fuimos hasta la
laguna, pasamos por la escuela de los chicos y subimos la montaña hasta la casa
que sería nuestra (nos mudamos a principios de marzo)
en el parque haciendo amigos y con la vista de la bahia enfrente
El centro de la ciudad con poco trafico por ser sabado de tarde
Vista de la bahia de Port Vila (club de yates)
Isla de Iririki, en frente a la ciudad
Entrada a la segunda laguna (de agua salada)
Vista de la primera y segunda laguna desde en frente de nuestra casa
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