Finalmente
después de 4 meses de estar sin nuestras cosas, un buen día se decidieron en
Honiara que no las querían tener más en el depósito y nos las mandaron. Así con
poco previo aviso, un buen día apareció un camión con un contenedor y sin
demasiada ceremonia lo deposito en frente de casa. Para ese entonces yo ya
estaba de viaje por Papua Nueva Guinea, pero afortunadamente pudimos hablar con
la persona responsable del transporte de la mudanza (previo a mi partida) y
clarificar que parte del contracto incluía el vaciado del contenido del
contenedor en nuestro nuevo hogar. Así Gissy (y yo) safo de tener que vaciar
medio contenedor de cajas y el trabajo cayo en los hombros de 3 tipos (y los
chicos) que le pusieron ganas y en un rato vaciaron todo y dejaron la casa
rebalsando de nuestras pertenencias (50% de las cuales yo hubiera dejado en
Honiara) Por suerte yo no estaba en casa y eso le permitió a Gissy sortear las
cosas, desempacar casi todo y el resto de lo denominado “misceláneo” quedo en
el garaje. Al haber tenido la fortuna de alquilar una casa 100% amueblada
(hasta cafetera expreso tiene- pero yo tengo una mejor- y wii, que no tenía)
estuvo complicado encontrar lugar para nuestras cosas.
Las cajas
se amontonaron y al desempacar los papeles en los que venían las cosas
envueltas se empezaron a apilar. Había muchos papeles y muchas cajas, en esta
entrada pueden ver cuando hicieron la mudanza en Honiara- (hacer click aquí)
El contenedor
estuvo afuera de casa una semana y asi como llegaron un buen dia vino el camión
y se lo llevo. Fin de la historia de la mudanza.
Entre tanto
yo pasaba mi tiempo en Nueva Guinea. Entre las mil actividades que hice el par
de semanas que estuve por allí el más importante fue preparar un resumen de 4 páginas
sobre una evaluación hecha por un consultor externo a MI proyecto materno
infantil, mi bebe. Este proyecto Materno infantil fue el primero que
implementamos en el conjunto de países que conforma el ahora denominado World
Vision Pacific Timor Leste (una oficina central en Brisbane, Australia que
administra los projectos humanitarios de World Vision en Timor del Este, Papua
Nueva Guinea, Islas Salomon y Vanuatu) Los 5 países conforman este conglomerado
del cual (por si no lo sabían) yo soy el asesor de salud. En fin, cuando me uní
a World Vision en enero del 2010 yo tenía
la visión de pasar de hacer proyectos de prevención de VIH netamente a hacer más
trabajo en el área de pediatría y obstetricia. Al principio me costó convencer
a los directivos pero de a poco la estrategia fue cambiando y logramos obtener
donaciones del gobierno de Australia para implementar el primer proyecto
materno infantil en el Pacifico. Después de un estudio de base a fondo, el cual
demostró niveles de malnutrición infantil y mortalidad materna en Nueva Guinea de
proporciones equivalentes a las de Afganistán, la gente se empezó a despertar y
las donaciones siguieron creciendo. Una vez que determinamos cuales eran los
mejores modelos para una implementación sustentable y con base científica la
cual se adaptará bien a la cultura de Melanesia (al final hice una fusión de 3
modelos que se usan mucho en África y lo adapte a este contexto) copiamos el
modelo en un proyecto materno infantil que tenemos en Vanuatu y luego
conseguimos 2 en las Islas Salomón y 2 en Timor del Este. Así, en la actualidad,
y un poco más de 3 años desde esos humildes comienzos, tenemos 15 proyectos
materno infantiles, con un valor total de más de 8 millones de dólares, todos
ramas de este pequeño piloto que comenzamos hace 3 años y medio.
Al final
del 2012 el proyecto bebe piloto y modelo llego a su fin. Un evaluador externo
vino a hacer una revisión y escribió un extenso informe de los resultados en cuanto
a impacto y sustentabilidad. Hay mucho para leer, pero el mismo informe yo lo comprimí
en 4 páginas con la cuales fui a visitar a donantes, las Naciones Unidas y el Ministerio
de Salud de Nueva Guinea para demostrar el gran impacto que ha tenido este
proyecto el cual no tiene ninguna intervención médica complicada sino más bien
se concentra en métodos de prevención y educación para la mujer embarazada y
los niños así como educación para las enfermeras que tratan a estos pacientes.
Con técnicas sencillas y un batallón de voluntarios, parteras tradicionales y la
ayuda de algunos centros de salud locales hemos logrado lo que nadie en Nueva
Guinea ha logrado hasta ahora, una marcada reducción en la desnutrición infantil,
un aumento en el consumo de calostro y amamantamiento exclusivo hasta los 6
meses, incremento en inmunizaciones infantil, aumento en las visitas prenatales
y muchas otras cosas más. Este fue mi gran logro en estos 3 años de batalla. Me
puso muy feliz porque sé que el modelo funciona, no lo digo yo, lo demuestra
los datos que junto una persona que no tiene nada que ver con World Vision y
que no me conoce. No tengo duda que va a funcionar en los otros países donde
estamos implementando este tipo de proyectos porque los problemas y la cultura
son muy similares. Le pegamos en el clavo. Por supuesto que hay lugar para
mejorar, mucho lugar, pero de a poco vamos llegando. El hecho de mostrar
resultados positivos de esta magnitud también ayuda a vender este modelo a los
donantes y el gobierno que se entusiasma con el modelo. La semana que pase en
Port Moresby en la OMS, UNICEF, AusAID, NZAID y en el Ministerio de Salud fue
de gran beneficio para todos y ha inyectado un poco de esperanza en el
ambiente. También nos permitió acceder a más fondos para hacer más proyectos en
el país lo cual es genial pero demandara mucho trabajo para asegurar que el
nivel que hemos logrado se mantenga y la calidad de la implementación no se
pierda al ser de mayor escala. Pequeños logros que ponen una gran sonrisa en el
rostro de todos!