Los fines
de semana salimos a caminar por el barrio. Vivimos en un hermoso lugar llamado
Bellevue, y es todo lo que el nombre describe. Una vista muy buena de la
primera y segunda laguna con el mar abierto de fondo. Los jardines son amplios
y los vecinos silenciosos. Mucho mas no se puede pedir. A los chicos le
conseguimos unas bicicletas así que andan por ahí con sus chiches aunque se
quejan de la subida empinada. Hay que ejercitar más esos músculos!
Si nos
cansamos del barrio a pocos minutos de camino está esta playa que se llama
Pango. Hay mucho coral al descubierto cuando la marea esta baja, pero ideal
para hacer algo de surf, nadar cuando la marea está un poco más alta y sorprenderse
con la vida marina que se encuentra en abundancia a solo centímetros de la
superficie. Si el agua ese día no te va, una caminata en la arena y una charla
con los locales no viene mal.
Algunas mañanas
la vida nos regala hermosas postales, como esa mañana que abrí la ventana de la
pieza y me encontré con este cuadro de la naturaleza.
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