March 28, 2013

Dubai, Emiratos Arabes- parte II

El departamento que alquilamos en Dubái nos salió bastante bien. A pesar de estar a cierta distancia del centro de la ciudad, el hotel tenia servicio de colectivo gratis dos veces por día y siempre había taxis disponibles, o por casi el mismo precio, el coche del hotel que te llevaba con chofer hasta donde uno quería ir. Por una fracción de lo que sale alquilar un departamento en la ciudad nosotros conseguimos este, que tenía dos piezas grandes, 3 baños, lavadero, una sala con balcón gigante y una cocina muy cómoda con todas las facilidades. El departamento está en un edificio de 15 pisos que han hecho recientemente. Está pensado como para alquilar o vender a gente que vive en Dubái y no como alquiler de tránsito, pero hasta que los vendan o alquilen a largo plazo, los están ofreciendo en internet para alquilar a turistas por poco dinero (aguante wotif.com). El único problema, como mencione anteriormente es que los taxis nunca saben dónde queda por ser un edificio nuevo y queda distante de la ciudad.


Hay muchos lugares en Dubai para visitar, pero confinados a solo 2 días en la ciudad tuvimos que elegir bien que íbamos a ver, con la esperanza de que en algún momento futuro podamos pasar algunos días más por esta zona. Ya habíamos recorrido el Dubai Mall y visto algunos de los edificios del centro. Nos quedaba ver el famoso hotel Burj Al Arab en la zona de Jumeirah, sobre el golfo pérsico. Lamentablemente hoy en día ya no se puede acceder al hotel a menos que uno este parando allí o sea invitado especialmente por un huésped. Nosotros después de medir nuestra billetera decidimos quedarnos en el hotel donde estábamos y ahorrarnos los 2,500 dólares por noche que sale la pieza más chica disponible en el Burj Al Arab (la más cara está a más de 40,000 dólares la noche o esta al Suite Real  a 137,000 dólares la noche- alguna gente no sabe qué hacer con su dinero). En fin este hotel actualmente  es el cuarto más alto del mundo, con 321 metros de altura. Fue inaugurado en 1999. La forma del hotel está inspirada en una embarcación a vela (transporte que eran muy populares entre los árabes de esta zona hace mucho tiempo atrás) El hotel está construido sobre una isla sobre el mar Pérsico y conectada a tierra firme por una carretera de 270 metros del largo.  

Yo pensé que este edificio me iba a impactar más después de haber leído tanto acerca del hotel, pero puede ser debido a la hora del día (mediodía) o por el ángulo en el que lo vimos, no sé, como que faltaba algo. No deja de ser impresionante, pero no me impacto como yo pensaba. No experimente esa sensación de “Wooowwww que edificio!!!!”,  como cuando pise la plaza roja en Moscú, caminar en el Pelourinho en Salvador Bahía, caminar por el Taj Mahal en Agra o ver el parlamento en Budapest. Esto fue más como estar en la fontana de Trevi o ver la escultura de la sirenita en Copenhague- todo el mundo hace alaraco de estas últimas, pero la fontana es una fuente a la cual, hoy en día, miles de personas le tiran monedas y no sirve para nada más que eso porque Roma ahora tiene canillas! Hace muchísimo tiempo era el punto de encuentro de 3 rutas (tre vi) y durante 400 años la fuente de agua para la población romana. Lamentablemente en el 538 durante la guerra Gótica y el asedio a Roma los godos rompieron el acueducto y los romanos tuvieron que tomar agua del rio Tiber que resulto (literalmente) en que se cagaron la vida. Historia fascinante, pero cuando estás ahí y miras la fuente con cientos de turistas alrededor es mmmmm….si…OK, bueno ídem con el Burj Al Arab. No deja de ser fascinante, imponente, enorme, lujoso y estaba muy agradecido de poder esta ahí y verlo en persona, pero pensé que me iba a impresionar más. El golfo persa sí que es lindo, que mar!.





Del Burj Al Arab seguimos camino por la costa en la avenida de Jumeirah, entre Ferraris, Porches y Lamborghinis para llegar a la mezquita de Jumeirah, una de las mezquitas más visitadas por no-musulmanes en Dubái. Sin duda esta sociedad tiene una cultura con influencia religiosa (islámica) muy arraigada, pero a su vez muy tolerante también de las otras religiones y costumbres internacionales comparada a otros países del medio oriente (la plata tira; aparentemente ayuda a adaptar las costumbres de la gente con tal que fluya, esto por supuesto no solo se limita a los musulmanes) La mezquita, aunque solo la pudimos visitar de afuera, y aparentemente la mejor hora para visitar es a la puesta de sol y no a media tarde, igual me pareció impresionante, para mí por lo menos que me gusta este tipo de arquitectura medieval. Esta mezquita como todas está equipada en las torres con parlantes de última generación para que toda la ciudad pueda escuchar las 5 oraciones diarias (salat) que hacen todos los buenos musulmanes, pequeñas cosas que traen recuerdos de mis meses en la India.




De la mezquita nos dirigimos nuevamente al centro, pasando por un sinfín de edificios enormes, pero en todo momento destacándose el Burj Khalifa por sobre todos estos. Pasamos un rato en el Mall y cenamos ahí antes de retornar al departamento para arreglar nuestras valijas ya que a la mañana siguiente, bien temprano emprenderíamos el largo vuelo a Australia, nuestra última parada antes de llegar a nuestro nuevo hogar.




El sol nos saludaba en el amanecer de nuestro tercer día en Dubái mientras la niebla se levantaba del piso del desierto y nosotros cargábamos la camioneta con las valijas para hacer nuestro camino hacia el aeropuerto. Dubái sin duda vale la pena visitar por unos días. Todavía nos quedaron cosas para ver y conocer. Me hubiera gustado hacer algo en el desierto, un tour en camello o visitar algunas aldeas más remotas y poder ver como cocinan comidas tradicionales, quedara en el tintero para la próxima con un poco más de tiempo. 

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